No necesito que me digan como sentirme, y mucho menos como sentirte. Me parece inútil intentar reprimir cualquier emoción, y ocultarlas es una perdida de tiempo. No hacer locuras es aburrido y razonarlo todo cansa. Lo malo es que seguir desafiando las leyes de la lógica no es precisamente mi mejor opción. Pero siempre hay un motivo para hacerlo, a pesar de que no siempre haya un porque para todo. Siento decirlo, pero nunca conseguí sentirme estupida por dar rienda suelta a mis mejores palabras. Quizá lo único que necesite es sentir la sangre corriendo por mis venas y que alguien me regale rosas al final del cuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario